Invitaciones de Boda I
Las invitaciones, esas cartulinas
que la gente da para avisar del día, hora y lugar en el que se casa, aunque la mayoría de los invitados toda esa
información ya la sabe, pero que por tradición hay que enviar/dar con una
antelación de 3 o 4 meses al enlace.
Con los años, el mundo de las
invitaciones va evolucionando y las nuevas tecnologías se cuelan, naciendo así
las invitaciones electrónicas. ¿Originales? sí porque dan más juego, pueden ser
tan largas como quieras e incluir tantos archivos adjuntos como te apetezca.
¿Todo el mundo las puede ver? Pues hombre la gente mayor de tu familia igual lo
tiene difícil, sobre todo esa tía tuya que vive en el pueblo y que no ha oído
hablar de internet en su vida. También hay gente que ni mira el correo
personal, y si se lo mandas al trabajo corres el resigo que lo borre o ni lo
mire porque tenga demasiados.
Pero parece que la gente se ha
olvidado que la invitación es un elemento más de la boda y que te sirve para
empezar y abrir boca de lo que va a pasar después. Digamos adiós a las
cartulinas blancas y serias y demos la bienvenida a la originalidad, sin pasarse
claro, el buen gusto tiene que primar ante todo, tiene que ir acorde a la
celebración que quieres hacer y recordemos, que al final, es una formalidad más
dentro de este tipo de eventos y que todo el mundo o la gran mayoría pasan por
el aro y las hace en papel.
A la hora de encargar el número de
invitaciones, se contará el número de invitados y se dividirá entre dos y se
añaden 15 o 20 más, por si hubiera alguien a quien nos hemos dejado o invitados
de última hora.
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