Decorar la Iglesia

La decoración es algo que hay que cuidar en una boda, ya que puede ayudar a cambiar un lugar que sea muy soso y convertirlo en algo espectacular con poca cosita. La decoración debería estar presente en todos los momentos de la boda, desde el lugar de la ceremonia hasta la barra libre. 

Hay muchas iglesias que ya de por sí son increíbles y no necesitan más que un ramo bonito de flores en el altar para acompañar a los novios y no quitarle el protagonismo al lugar. 



En otros lugares, no se puede tocar casi nada o hay muchas bodas ese día y no da tiempo a cambiar la decoración entre y una y otra y es difícil ponerse de acuerdo con el resto de parejas que se casan ese día.

Pero en aquellos sitios en los que os dejen algo de libertad, sí que merece la pena que cuides estos detalles. 

Por ejemplo, con unas simples damajuanas con paniculata a la entrada de la iglesia, o al inicio de los bancos puede darle un toque distinguido, o acompañarlas con unos farolitos con velas. 



También puedes colgar algo de los bancos, por ejemplo un macetero bonito con algunas flores, que bien pueden ser naturales, hechas de fieltro o tela, o incluso secas. 



Si no quieres poner maceteros, puedes hacer unos pequeños ramilletes con las flores y atarlos a los bancos. 

Recuerda intercalar los ramilletes o los maceteros para no recargar demasiado. Y escoge bien los colores, que vayan con el resto de la decoración de la boda, aunque no van a estar en el mismo lugar, es mejor que vayan en consonancia con el resto de la decoración. 



Si no quieres complicarte mucho, puedes tirar unos cuantos pétalos de flor en el pasillo central. O con faroles o velas, ten cuidado si te decantas por las velas y quieres encenderlas, lo mejor sería meterlas en algún recipiente grande para que la llama no esté cerca de los vestidos de las invitadas, la madera de los bancos…




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