De pintxos por Cáceres

El tema gastronómico es también espectacular, y aunque no hemos sido muy originales, y nos fuimos a las recomendaciones que nos habían hecho, lo hemos disfrutado mucho. 

El primer día, llegamos para cenar, nos acercamos a La Minerva, en la plaza mayor, riquísimo, todo de raciones y pintxos muy muy ricos. Probamos un mollete japonés de rabo de toro, unas patatas bravas – vaya salsa- y unos raviolis de foie y naranja todo estaba super rico. 



Al día siguiente para desayunar nos fuimos a Chocolat, que está en la calle Gran Vía, s/n. Mucha variedad para elegir entre tostas saladas, bollos dulces, tartas… se me hace la boca agua. 

La comida la hicimos en la Cacharrería, dentro de la ciudad antigua. Tienen una pequeña terraza, que es como un antiguo patio de acceso a las casas, muy chulo. Pero si quieres fuera mejor ve pronto. Abren cocina de tapas sobre las 14:00. Aquí degustamos unas ricas croquetas de patatera, un estupendo salmorejo, unas puntas de solomillo con queso y de postre un flan de torta del casar. Todo estaba muy bueno pero he de decir que el salmorejo fue lo que más me gusto. 



Por la tarde nos fuimos a los 7 Jardines, un sitio en el que también puedes comer, tomarte una copa de día y de noche, unas cervezas, que tienen un jardín muy chulo donde poder disfrutar con vistas al campo extremeño. 

Para cenar decidimos ir a la Tapería, en la calle Sanchez Garrido, 1. Está pegando al Chocolat. Tienen mucho movimiento y está casi siempre lleno. Con cada consumición te ponen una tapa y bastante rica la verdad. Sus tablas de embutidos y quesos tienen bastante fama, pero nosotros nos decantamos por sus tostas, una de pio-pio y una de abuelo. 



El día siguiente el desayuno lo hicimos rápido en un Granier, porque era muy pronto y no había abierto Chocolat, pero la verdad que todo dejaba que desear, desde el servicio, hasta el dulce… 

Como nos habíamos ido a Monfragüe a pasar el día, comimos en uno de los sitios que hay en Villarreal de San Carlos y la verdad que muy acertado, una ensalada especial que nos recomendó el camarero, un señor bastante mayor pero encantador, y media ración de tortilla de patata. Todo muy bueno. 

Al ser nuestra última noche en Cáceres, decidimos que había que repetir el mollete japonés de La Minerva, así que allí que nos fuimos, nos tocó esperar un poco para cenar en la terraza pero merecía la pena. Esta vez además probamos también su plato de panceta ibérica con huevo de codorniz... espectacular, riquísimo. Y de postre nos vinimos arriba con esferas de torta del casar, y menos mal que solo viene una porque eso es super potente de sabor, y mirad que yo soy quesera. 




La Torre de Sande, dentro de la ciudad amurallada, tiene dos opciones para comer, un restaurante con patio interior chulísimo y con pavos reales que se suben por los tejados; y otra parte para comer de tapas, a precios de 6€ cada tapa. 

Cerca de la Torre de Sande, está el Atrio que es un restaurante con 2 estrellas Michelin. 

Y en la plaza de San Juan también hay muchas terrazas chulas para tomar y picar algo, o incluso cenar como en el restaurante El Figón de Eustaquio que nos han recomendado ir allí. 

El Mastropiero es un sitio muy curioso, ya que es una antigua casa reformada en restaurante y bar de copas. Han creado una terraza increíble con vegetación para pasar un rato agradable con los amigos, pareja, comiendo o tomando un cóctel… 

Si queréis hacer alguna compra para llevar, hay varias tiendas por los alrededores de la Plaza Mayor, a nosotros nos recomendaron Mostazo, y aunque vimos varias cerca de la Plaza Mayor, nosotros nos fuimos a una que está un poco más lejos y que tienen también como un poco de tienda gourmet y además charcutería, así pudimos llevarnos varios quesos en diferentes tamaños.

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