De paseo por Lisboa


En Lisboa tenemos muchas cosas para ver, y aunque en dos o tres días podríamos ver toda la ciudad, merece la pena disfrutarla con calma y pararse en todos sus rincones. La página www.voyalisboa.com, ofrece muchísima información de interés y os ayudará mucho a la hora de preparar vuestro viaje. 



En el centro podemos pasear por las plazas del Rossio, donde antiguamente tenían lugar todas las cosas importantes que pasaban en la ciudad, festivales, espectáculos, desfiles, juicios… y la plaza de Restauradores donde se erige el obelisco, conmemoración por la independencia en 1640 por los restauradores. Esta plaza está rodeada de preciosos edificios como el antiguo Teatro, el Palacio de Foz. Desde aquí podrás coger el elevador de Gloria para subir al mirador de San Pedro de Alcántara. 




El Elevador de Santa Justa permite conectar con el Barrio Alto a través de un ascensor de hierro forjado, y cuenta con unas vistas espectaculares desde su punto más alto. 




La plaza del Comercio, una preciosa explanada abierta al río Tajo donde podemos encontrar edificios de fachadas amarillas rodeándola, sedes de varios ministerios. Esta plaza es también el punto de reunión típico de los lisboetas para todas las celebraciones y concentraciones públicas.



En lo alto de Lisboa se encuentra el Castillo de Jorge, donde puedes visitar sus jardines, las torres y disfrutar de las magníficas vistas que tienes de la ciudad. Cuidado si hace mal tiempo o mucho aire porque arriba lo notarás y mucho. 




El Barrio de Alfama con sus pequeñas callejuelas y sus casas típicas son un buen lugar para perderse. O Chiado, la zona más elegante de la ciudad, o el Barrio Alto, con sus calles repletas de bares y restaurantes, que está de moda entre los jóvenes para tomar algo, son lugares por los que pasear.


Hay muchas cosas que no os podéis perder, como por ejemplo La Torre de Belem, situada a las afueras de Lisboa pero de fácil acceso gracias al transporte público, tranvías y autobuses. 



Podréis entrar y visitarla, recorrer los alrededores, donde encontrareis el Monasterio de los Jerónimos, si veis mucha cola no desesperéis es bastante rápida y siempre podréis endulzar la espera degustando un rico pastel de Belem, ya que la pastelería clásica y de toda la vida está justo al lado. 






Además, el Monumento a los descubridores también es un lugar precioso para visitar y subir a las alturas y disfrutar de la vista. 






También a las afueras de Lisboa podemos pasear por el Parque de las Naciones, donde en 1998 estuvo la Expo.

Y si lo que queréis es disfrutar de un paseo en tranvía, tan típico de esta ciudad, el 28 es el más popular de los que recorren la ciudad, y el más largo. Pero tened cuidado ya que es el más turístico, casi siempre va muy lleno y es posible que cuando bajes te falte algo del bolso. 





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