Nos colamos en la boda de...

LORENA Y JESÚS

Una boda flamenca donde las haya. Lorena y Jesús los dos de Badajoz decidieron que su vida juntos tenía que seguir adelante y con todos sus familiares y amigos presentes se dieron el sí quiero un caluroso 27 de junio en Badajoz.


El viernes anterior a la boda, habían organizado un picoteo para todos aquellos invitados que quisieran unirse en un bar de la plaza alta de Badajoz. Una plaza con mucho encanto, con una brisilla que daba gusto estar en la calle. Todo estaba espectacular, habían preparado brochetas de pollo y panceta buenísimas, pinchos de queso de cabra, chopitos, bacalao.... una buena cena que ya aventuraba un gran comienzo del fin de semana.

Amanecía y mientras los novios nerviosos dormían como podían. Se iba acercando la hora y los invitados iban llegando a la iglesia. Al llegar allí todos los invitados tenían un pensamiento parecido, ¿nos hemos equivocado de sitio o de hora? Tanto calor hacía que ni a la sombra de los árboles de la plaza se podía estar. La iglesia se iba llenando y llegó el momento... la novia entró y caminó del brazo de su padre hacía el altar donde le esperaba el novio, nervioso perdido.

Con un gran y divertido discurso de uno de los hermanos del novio empezó la ceremonia. Un cantaor y una guitarra acompañaban la ceremonia. La novia quiso que todo girara en torno al color rosa y había decorado la iglesia de una manera sencilla pero preciosa. En cada banco se había colocado un pequeño cubo blanco con un ramo de rosas, de distintas tonalidades de rosa y blanco hechas de papel.



Se repartieron a la entrada abanicos de colores, se podía elegir el color para que fuera a juego del vestido de las invitadas. Y a la salida repartieron bolsitas con arroz de color rosa y pétalos de rosas.

Mientras los novios se iban hacer fotos, la celebración continuaba en el Hotel NH Casino de Badajoz.



El lunch fue en una de las salas del casino y se podían ver las mesas de juego, una decoración diferente que le daba un toque de glamour. Como no podía ser de otra manera el jamón, y qué jamón, estaba presente en todas las mesas. La verdad que los cortadores tenían mucho estilo, y creaban una bonita presentación en el plato haciendo flores con el jamón. 

De una forma sencilla pero divertida se dispuso el sitting plan. Un marco guardaba los diferentes listados de las mesas que colgaban de distintos hilos. 


Las mesas aparte de ir numeradas, en una boda tan grande es vital, tenían un segundo nombre, y era una canción y el nombre del cantante. Con todo el arte que tiene esta pareja y lo mucho que le gusta al novio el cante, esta opción me parece la más acertada y bonita. 

Una pecera que contenía una flor de color rosa y en la mesa especias y bayas de color rojizo era toda la decoración de las mesas del salón. Sencilla, sin molestar a los invitados para hablar entre ellos, elegante, dando una nota de color ya que la mantelería elegida era más bien tirando a vainilla. 


A la entrada del salón un fotomatón con accesorios para poder llevarte un recuerdo del gran día y para que les dejaras una nota a los novios. Además una pequeña jaula permitía a quien quisiera dejar un mensaje para los novios. Habían dispuesto papeles, bolígrafos y sobres para poder desearles la mayor de las felicidades de la manera que cada uno quisiera. 

      

Para abrir el baile, el padre de la novia, que canta como los ángeles, les dedicó un bolero que fue increíble. Qué voz, qué maravilla, un momento mágico. El baile continuó con un grupo de flamenco que estuvo animando a los invitados, con algún que otro invitado cantando y el novio que también se subió al escenario y deleitó a todos con su gran voz. Si es que está claro que es una familia de artistas. 


No podemos deciros más que, que seáis muy felices y que disfrutéis un montón del viajecito que bien lo merecéis. 








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