Especial Canadá: Toronto

Hemos cruzado el charco y nos hemos ido a tierras canadienses. Durante las próximas semanas os enseñaremos y contaremos algunos de los lugares que esconde este maravilloso país. Hoy nos toca Toronto, y hay que decir que es una ciudad con una mezcla cultural impresionante, muy moderna y que nos ha tocado visitar cuando estaban soterrando las carreteras que cruzan la ciudad y con la gran reconstrucción de la zona del puerto. Pero incluso con las obras se disfruta mucho de la ciudad.

Para llegar, desde el aeropuerto hay un autobús express que recorre los principales hoteles de la ciudad, pregunta por él ya que es bastante económico. El aeropuerto está algo alejado de la ciudad y hay bastante tráfico a cualquier hora del día, se tarda más o menos 1 hora hasta el centro.

Es una ciudad muy cómoda para andar, muy llana, y aunque el centro tiene mucho movimiento no da la sensación de agobio en ningún momento.

Si quieres ir de compras, puedes perderte por la zona de Bloor Yorkville, donde se concentran la mayoría de las tiendas.

Cerca de esta zona se sitúa la Casa Loma, construida por Henry Pellatt en 1914, la mayor mansión de Canadá que en 1937 fue abierta al público como museo, debido a los altísimos gastos que generaba y a los que H. Pellatt no pudo hacer frente. Es una visita magnifica, la casa es impresionante y está estupendamente cuidada, la audio guía (gratuita) es de gran ayuda. Una casa muy avanzada tecnológicamente para su época, te permitirá volver al pasado y ver cómo vivían en aquella época.  Tener en cuenta que la visita te llevará más de lo esperado, al final son muchas las cosas que puedes ver en la casa y fácilmente puedes estar una mañana entera.

 






Cuando salgas de la Casa Loma, seguro que ya tienes hambre, puedes pasarte por Kensington Market. Realmente es un barrio lleno de pequeños bares, restaurantes y tiendas como si fuera un mercadillo permanente. Es muy curioso.

La zona de la universidad es también un lugar llamativo, ya que es como entrar en un campus de los que salen en las películas.


El centro de Toronto tiene mucha vida, encuentras mucha gente a todas horas, teatros, cines, centros comerciales, y lo que llaman “Times Square”, que en realidad es Dundas Square,  repleta de pantallas, con anuncios, televisión, información de la ciudad… un lugar para dejarse ver y ser visto. Siempre hay algún artista callejero.



En la parte vieja de la ciudad puedes pasear por el distrito de la destilería, una antigua fábrica de cerveza que han convertido en museos, tiendas, restaurantes, la verdad es que lo han dejado genial. Como el tema de los candados en los puentes parece no estar funcionando en otras ciudades, aquí han puesto unas letras grandes con la palabra LOVE y puedes dejar tu candado allí, ¡no te olvides de poner el tuyo!

St. Lawrence Market, es un mercado en el que encontrarás puestos para hacer la compra y otros para comer, o de comida preparada. En la parte de abajo y fuera del mercado hay zonas con mesas.



Después puedes dar un paseo por el Financial District, en donde se concentran casi todos los rascacielos de la ciudad, un paseo por King Street te dejará sin aliento, y sintiéndote muy pequeñita entre tanto edificio. La estación central se encuentra en este distrito, una pena que nosotros la encontráramos en obras por renovación.

Enseguida te darás cuenta que has entrado en el Entertaiment District (distrito del entretenimiento) un sinfín de bares, teatros, luces… llenan las calles.  De noche tiene un aspecto increíble y mucha vida, la gente sale de trabajar y las terrazas se empiezan a llenar. Porque aunque para el invierno tienen túneles subterráneos, os puedo asegurar que aprovechan al máximo las terrazas, está claro que para ellos 13 grados es calor.



En este distrito está situado lo más característico de la ciudad, la CN Tower que con un altura de 553 metros es la cuarta torre más alta del mundo que se sostiene sin cables.  Puedes subir hasta una altura de 447 metros. Cuenta con un observatorio, un restaurante giratorio y además la posibilidad de caminar por fuera, por supuesto vas sujeto con cables, en grupos pequeños y siempre con un guía, no apto para aquellos que tengan vértigo.  No puedes irte sin subir a la torre, y si puedes hacerlo al atardecer mejor, podrás ver la ciudad de día y luego cuando poco a poco se van iluminando los edificios.



El paseo por el puerto es más bonito una vez que has pasado el lugar desde donde salen los ferrys. El parque de la música es muy bonito y puedes coincidir con algún artista que esté tocando allí o un grupo de baile que haya ido a ensayar.


Si coges el ferry a las islas de Toronto te recomiendo que vayas a Centre Island, si hace buen día, puedes hacer un picnic allí, ir a la playa o simplemente pasear. Es una zona verde increíble y cuentas con unas vistas del skyline de Toronto que son impresionantes. El ticket de ida y vuelta creo recordar que cuesta unos 7 dólares por persona.  Cada media hora sale un ferry y el trayecto son unos 15 minutos, primero hace una parada en Ward Island.



Y algo que no te puedes perder es una visita a las Cataratas del Niagara, situadas a una hora de Toronto. Hay multitud de compañías que te recogen en un punto de Toronto y te llevan hasta allí en autobús. La entrada puede ser sólo por el transporte o que incluya un paseo en el barco que te lleva hasta las cataratas. Vete preparado porque aunque te den un chubasquero te mojas bastante si vas en la parte de arriba del barco. Allí han montado una ciudad con infinidad de restaurantes y tiendas, atracciones, está muy orientado a las familias.




En definitiva una ciudad que merece una visita y perderse al menos 4 días. Yo ya tengo ganas de volver. 


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