El vestido de novia


Es inevitable que el día de la boda la mayoría de las miradas se posen en la novia, parece que es su día en lugar de ser el de ambos, las cosas son así, lo siento haber nacido chicas, jejeje, que no, es broma. La verdad que es un día importante para los dos y los dos deberían ser los protagonistas.

Hoy vamos a hablar del vestido de la novia, qué clase de vestidos sientan mejor dependiendo de cómo sea tu figura. Naturalmente esto no tiene que seguirse al pie de la letra, habrá personas que se vean mejor con un determinado tipo de vestidos y otras que aun quedándole estupendamente no sea de su agrado o no vaya con su personalidad. Es muy importante elegir un vestido con el que se esté a gusto, que no pese y ofrezca facilidad de movimientos, no es plan de ir monísima pero no poder ni bailar.

Creo recordar que a partir de octubre suelen tener ya en tienda las nuevas colecciones del año siguiente, y lo mejor es ir prontito para tener más opciones dónde elegir. Las hay con suerte que lo encuentran a la primera, de momento solo conozco una de esas, y las que más, que dan vueltas y vueltas hasta encontrar el ideal. Dicen las lenguas expertas que en el momento que te lo pruebas sabes que va a ser ese con el que te vas a casar, ¿será cierto?  Ya os lo contaré el día que me toque elegir.


Seguramente vayamos ya con una idea de lo que queremos, pero no hay por qué descartar el resto de opciones que nos pueden ofrecer. He visto a más de una decir que no le gustaba el estilo palabra de honor y se ha casado con vestido palabra de honor.

Hay que tener en cuenta la época del año, el tipo de ceremonia, de solemnidad, de invitados…, vamos, ir acorde a la celebración que queréis hacer. No vas a llevar a una ceremonia en la playa un vestido pomposo, tipo princesa de cuento de hadas, por ejemplo.

No todos los modelos se adaptan a todas las siluetas, por eso hay que tener en cuenta los detalles que estilizan y realzan atributos y aquellos que ayudan a disimular los defectillos.

Para novias delgadas: las telas con peso como satín o tafetán son la mejor elección, pliegues, grandes lazos, faldas amplias, recogidas, drapeados o la cola del vestido son buenas características. A la hora de elegir un escote lo mejor es evitar los que sean muy profundos. Si se quiere llevar mangas lo ideal será de formas amplias y con detalles.

Para novias gorditas: estilos clásicos y con pocos detalles. Evitar los modelos que se ajustan al cuerpo. Lo mejor cortes en línea A, túnicas, faldas largas con poco volumen y ceñidas a la cintura. El corte imperio disimula las caderas, piernas gruesas y vientre, marcando la cintura al tener una insinuación en el entalle.  Mangas ajustadas, simples y sin volumen.  Mejor no elegir texturas brillantes.

Para novias altas: estilos túnica, entallados y simples con los hombros al descubierto. Se pueden llevar fajines anchos ceñidos al cuerpo y escotes redondos o cuadrados.

Para novias bajas: lo mejor es un vestido de un solo color y entallado. Cuidado con los volantes o que la tela tenga estampados grandes ya que un uso excesivo no quedará bonito.

Si se tiene mucho pecho lo ideal es un escote en V, si por el contrario se tiene poco se aconsejan telas de blonda y adornos que realcen.

Respecto a los colores del vestido cada vez se van viendo más tonalidades diferentes: el clásico blanco de toda la vida,  el marfil, el champagne e incluso algunos rositas muy muy claritos.


Dependiendo del presupuesto podrás optar a hacértelo a medida o ir a una tienda especializada en la venta de vestidos de novia. Aquéllas que no tengan intención de comprarse el vestido que sepan que hay tiendas especializadas en el alquiler de los mismos, pero aún no conozco a nadie que las haya frecuentado.


En cuanto a los zapatos, lo más recomendable es que sean cómodos. Deben tener un poco de tacón al menos, ya que estiliza la figura y aunque muchas pensemos que no se ven, hay ocasiones en las que se llegan a ver. Tienen que ir a juego del vestido, aunque es cierto que cada vez más la gente juega con ellos y los elige de otro color para darle un aire distinto al vestido.

Para aquellas que no están acostumbradas a andar con tacones, lo mejor es que se decanten por unos con tacón de 3cm máximo y cerrados, que dan más seguridad, y que cuenten con otros para cambiarse cuando empiece la barra libre.

Para evitar heridas e incomodidades el día de la boda, es aconsejable ponerse los zapatos a ratos en casa para ir cediéndolos un poco y acostumbrando el pie a ese zapato nuevo. Hay algunos trucos que se pueden hacer para ceder un poco los zapatos nuevos y que igual ya sabéis:
  •       Colocarlos en el congelador dentro de una bolsa de plástico.
  •        Echar crema de manos.
  •       Y para dar de sí el empeine, poner en el interior una pelota de papel de periódico bañada en alcohol. 



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