Nos colamos en la boda de Sabrina & Óscar

Hacía ya más de un año que esta pareja había decidido darse el ¡Sí quiero! el 6 de noviembre de 2020, pero durante el año las cosas se torcieron, no porque ellos quisieran, y lo peor es que no podían hacer nada más que esperar, porque ellos querían mantener su día. 

Al acercarse la fecha tuvieron que reducir el número de invitados, y hacer algo más pequeño, íntimo, pero igual de bonito y especial para ellos. 

Pero aún las cosas pueden torcerse más, y una semana antes del enlace, el restaurante de la celebración cerró sus puertas. Enseguida decidieron que ese día sería su día y nada podría interponerse en sellar su amor el uno por el otro. Encontraron otro sitio, igual de bonito e increíble y hasta el último momento tuvieron que contener el aliento, porque el día anterior decretaron el cierre de toda la hostelería al día siguiente de su enlace. Habían salvado su día por los pelos. 

Algunos pensarán qué irresponsables, pero creo que hay que estar en su piel para decidir qué hacer. Muchas veces hay que ponerse en los zapatos del otro para entender muchas cosas. 

Solo estaban los padres, hermanos y cuñados acompañándoles, pero no hizo falta más. El día pasó demasiado deprisa y todo estaba bien planeado. No faltaron las sorpresas, como los muñecos playmobil que sujetan las bonitas alianzas de titanio que un maestro de ceremonia, con sombrero inspirado en la película “El Gran Showman”, les invitaba a ponerse el uno al otro, mientras daba paso a las bonitas palabras que la familia les dijo. 


Las bengalas y el arroz a la salida del juzgado, amigos que se acercaban para verles y desearles lo mejor, desde la distancia… un video con todos aquellos que no podían estar presentes pero sí de corazón en ese gran día… 

Nada podía estropear su gran día. 

Como regalo para los invitados, y muy útil para la ocasión, la madre de la novia hizo, a mano, unas fundas para guardar las mascarillas a juego con los colores de los novios, azul como el traje del novio y de cuadros escoceses como los zapatos de la novia. Originales, bonitos y útiles. 


También hubo regalo goloso, bolsitas individuales de gominolas que no podían faltar. Unas letras con las iniciales de los novios decoraban su mesa. 

 
Y un ramo ideal con prendido a juego para el novio, creación de la madre de la novia, con flores preservadas. 

Los novios estaban espectaculares, él con traje azul, pajarita fucsia, gemelos de la baldosa de Bilbao, guiño a la tierra; la novia con un increíble vestido con espalda abierta, encaje en la parte superior y falda con una gran cola, zapatos, hechos a medida, con estampado escocés, cazadora de cuero negra, y peinado con trenzas laterales y tupé, recordando un poco a los vikingos. Muy su estilo, todo hay que decir.


Un día inolvidable para toda la familia, y pese a todo lo que se podía poner en contra, la fiesta no ha hecho más que empezar… Que lo disfrutéis pareja. 



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